Mundo Sin Guerras y Violencia, Equipo de
Coordinación Mundial. Septiembre de 2015
En los
cinco últimos años, el mundo está siendo testigo de un aumento enorme del número de
emigrantes, la inmensa mayoría de ellos como refugiados llegando de zonas
sometidas a la violencia extrema de la guerra y de su lote de atrocidades y de
sufrimiento inhumano que la acompañan. Los flujos mayores de inmigración se están
dando en México, en el Sudeste asiático y en el Mediterráneo.
Específicamente,
hace ya más de 15 años, desde la brecha abierta en el Medio Oriente con la
implicación directa o indirecta de los estados europeos. Guerras continuas, con
millares de víctimas civiles, millones de personas desplazadas, causaron
desastres materiales, medioambientales y culturales incalculables, en
sociedades cuya historia humana es más antigua que la de Europa. La guerra, esa
forma suprema de violencia, continúa haciendo furor; afectando a más territorios
que al principio y generando todavía más
violencia, destrucción y miseria a millones de personas, tanto a inmigrantes
como a no inmigrantes, refugiados y no refugiados también.
Todos
estos años, los países europeos, por sus propias razones (políticas, económicas
y energéticas) están operando financieramente y militarmente como facciones
opuestas en las zonas de conflicto, de forma
abiertamente y\o secreta. Los países de la UE no fueron los únicos en
fomentar y alimentar esta inestabilidad,
pero ellos mismos, a través de sus gobiernos, sus negocios financieros, sus
instituciones militares, han tenido ciertamente una gran parte de
responsabilidad.
La UE
debe admitir sus errores (intencionales o no) de los años anteriores y
finalmente hacer esfuerzos serios y efectivos para acabar con esos conflictos y
aliviar la crisis humanitaria enorme que se está dando en África del Norte y en
Oriente Medio. Debemos poner fin a la tragedia de toda esta gente que huye de
zonas de guerra que la UE misma ha estado favoreciendo y reconocer efectivamente los derechos de
todos los refugiados. Esencialmente, para dejar de actuar como " un
avestruz " y encarar directamente el problema, con la determinación firme
de resolverlo de una manera constructiva y positiva.
Los
millares de refugiados muertos en el Mediterráneo, lejos de reflejar una
política coherente muestran una contradicción, un punto de inflexión de una UE que se declara por
otro lado protectora de los derechos humanos
individuales y sociales. Esto es una hipocresía que debe acabar.
MSGySv pide expresamente a la administración central
de la UE de sostener financieramente y en el plano logístico los países que están
recibiendo la mayor ola de refugiados y de inmigrantes: Grecia, Italia, España,
Malta, Serbia y Hungría. Consideramos muy importante la absorción rápida de refugiados
en todos los países de la Unión Europea.
Un paso
importante sería también aumentar el apoyo financiero y logístico de países
fronterizos de las zonas de guerra, mientras que, en cooperación con la ONU, se
debe imponer un embargo estricto sobre la venta de armas a las facciones en
conflicto. Además, la retirada de todas las tropas de los países de la Unión
Europea situadas en las zonas de conflicto sería un movimiento significativo
para liberar mano de obra y recursos con el fin de reorientarlos hacia una
absorción rápida de millares de refugiados que están por llegar a países de la
Unión Europea.
Finalmente,
apoyamos fuertemente el impulso necesario y la puesta en marchas de campañas
dirigidas hacia todos los ciudadanos de la Unión Europea, informándoles sobre
la crisis humanitaria enorme que se está dando en las fronteras geográficas de
la UE y sobre los derechos de los refugiados protegidos por tratados
internacionales. Esta acción podría ser un gran paso hacia una cultura de la
solidaridad y la tolerancia hacia los inmigrantes y los refugiados,
directamente bajo la amenaza de violencia racial creciente en todos los Estados
miembro de la Unión Europea.
La UE
dispone perfectamente de recursos y de experiencia suficientes para administrar
en el respeto total de los derechos humanos, el número creciente de refugiados
que están llegando sobre su territorio. Creemos que la UE debería revisar sus
valores, sus prioridades políticas y sus recursos, poniendo la vida humana en
el centro, no sólo " en lo que se dice " pero también " en lo
que se hace”. Es esta la UE a la que todos
nosotros aspiramos.
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